La comisión que preside Silvia Stocco (FdT-PJ), dio despacho favorable a tres proyectos por los cuales se declara de interés tres obras de escritores mendocinos que a través de sus letras, hacen referencia a nuestra realidad, nuestra historia y costumbres. Se trata de los libros “Recordando olvidos”; “El fuego de Juan Desdicha” y “Vino”, cuyos reconocimientos fueron impulsados por Mauricio Torres (UP-FR), Lucas Ilardo (FdT-PJ diputado MC) y Mercedes Llano (PD), respectivamente.
Recordando olvidos
“Recordando Olvidos; Hechos reales, Leyendas, Mitos, Cuentos y Anécdotas de San Carlos”, del historiador Alberto Piattelli, rememora en ocho capítulos historias olvidadas de este departamento del Valle de Uco, con el objetivo de “que la historia no se pierda, que sea ella la que podamos promover para cimentar sólidamente nuevos augurios”, comenta al respecto el diputado Torres.
Aspectos como los arrieros; los vestigios del Parlamento Sanmartiniano; los ideales de la India Magdalena, y hasta leyendas y mitos como la Cruz Negra, son parte de este recorrido por la historia sancarlina que intenta reflotar el autor de este libro, reconocido hacedor cultural del departamento.
El fuego de Juan Desdicha
Esta obra literaria de Lucio Albirosa, “engloba longitudinariamente al niño innumerable de nuestra América, al adolescente buscando su mañana, a los jóvenes sin oportunidad, a los padres y madres con sus cruces cayendo en necesidades, a los trabajadores de espalda rota construyendo progreso, a los necesitados de todo, a los ancianos vencidos por ausencias, a los que aman por encima de cualquier dolor”, relata Ilardo en la fundamentación del proyecto.
“Sea real o no, Juan es todos los hombres en cada página del libro”, dice el legislador respecto a la obra de Albirosa, décimo segundo trabajo poético de este autor.
Vino
Escrito por Vicente Daniel Armando, arquitecto, artista plástico y poeta de reconocida trayectoria en la vida cultural de Mendoza, “Vino” está “vinculado a esta ancestral bebida, tan universal y tan nuestra, que busca ser al mismo tiempo, un homenaje y una celebración a la cultura asociada a la producción regional y a las múltiples experiencias que supone beber vino”, relata al respecto la diputada Llano.
Y agrega al respecto que en estos poemas, “el vino aparece como “despertador” de situaciones existenciales que trascienden su ubicación en la copa y germinan en sensaciones, en observaciones y en identidad de un lugar. Este libro, estrictamente mendocino pero a la vez universal, apunta a un lector cómplice, con quien compartir las vivencias relatadas del paisaje, el terruño y el trabajo de un pueblo que se reconoce en su identidad vitivinícola”.