10 de Setiembre: Día Internacional de Prevención del Suicidio

Este 10 de setiembre se conmemora el Día Internacional de Prevención del Suicidio. En “Hablemos de Salud” dialogamos con Liliana Augusto, técnica universitaria en prevención y asistencia de las adicciones, suicidóloga y mediadora en el ámbito educativo, quien nos explica distintos aspectos relacionados con esta problemática.

“El comportamiento suicida es multicausal, no es por un sólo motivo que esté transitando la persona que lo padece. Tiene siete fases y puede iniciarse en la adolescencia o la niñez y hacerse efectivo el acto en la adultez. No es de un día para el otro que la persona decide quitarse la vida, es un proceso”, indicó la especialista.

Augusto, quien además es directora del Instituto de Investigación y Capacitación en Adicciones y Vulnerabilidades Psicosociales, afirmó que esa idea suicida “quizá en alguna etapa de la vida puede quedar como congelada y después volver a activarse, pero es multicausal”.

Respecto a si puede detectarse a tiempo, dijo que “la persona siempre muestra una desesperanza, un desgano, ganas de no seguir, empieza a regalar sus pertenencias más preciadas, empieza a generar desinterés por la vida, deja de hacer cosas que la hacían sentir bien, empieza a dar mensajes como “no quiero vivir más”, o “estoy cansado”, o “quiero dormirme y no despertar”. Son como pequeños síntomas que “ya están en la fase final”, donde la persona “da todos estos indicios de que no quiere seguir viviendo, como una depresión bastante acentuada. Son como luces amarillas que el alrededor tiene que tener en cuenta”.

En esa línea, aseguró que uno de los mitos más comunes, es que “se dice que la persona que habla de que se va a suicidar, no lo va a hacer. En realidad, no. Si lo dice, es un llamado de atención”.

Ante esto, la profesional sostuvo que “tenemos que ocuparnos, hablar con la persona, saber qué siente”, y dejar de lado uno de los errores que se suelen cometer, como es el decirles “vos no podés pensar así", "pensá en tus hijos, en tu familia", porque “la persona que transito esto, no piensa ni en la familia, ni en los hijos, ni en los seres queridos, quiere dejar de sufrir”.

“En principio, a estos llamados de atención hay que hacerles caso, ni minimizarlos”, agregó, asegurando que “hay personas que están especializadas en suicidio, profesionales, más allá de que es importantísimo, primero, el accionar de la familia”.

Sobre este punto, dijo que es de suma importancia la escucha activa “sin retrucar ni minimizar el problema. Tenemos que aprender a no poner ejemplos nuestros y a escuchar al otro, respetando sus silencios, sus llantos, aunque uno quiera sacarlo de ese momento de angustia, y buscar ayuda de personas especializadas”.

Por otra parte, aseveró que “el suicidio es prevenible, un gran porcentaje se puede prevenir. Trabajando en las diferentes etapas se puede detectar el problema, y si se detecta que tiene problemas que no los resuelve, tenemos una intervención más fácil”.

En relación a cuál es la franja de edad tal vez más vulnerable, sostuvo que a nivel mundial es en la adolescencia y la juventud, en la franja que va “de 15 a 29 años. Allí es donde más registro de suicidios hay a nivel mundial”.

Finalmente, Augusto reiteró que el suicidio “es un acto de desesperanza. La persona que piensa en suicidarse, no quiere sufrir, no quiere padecer más ese problema. No piensa en la muerte, piensa en dejar de sufrir”. 


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