Cada 17 de mayo de conmemora el Día Internacional de la Hipertensión Arterial. En ese marco, en el ciclo “Hablemos de Salud”, dialogamos con el Dr. Federico Giner, neurólogo y coordinador de la Red de Teleneurología de Urgencias de Mendoza, quien explicó las causas, consecuencias y las maneras de prevenir esta enfermedad.
Según señaló “la hipertensión arterial tiene que ver con los malos hábitos de vida que solemos tener, fundamentalmente el consumo exagerado de sal; pensemos que en Argentina se consumen entre 4 y 5 veces más sal de la que deberíamos consumir; por sedentarismo, lo que produce que la presión arterial vaya subiendo con el correr del tiempo y eso va dañando nuestro sistema trayendo consecuencias a mediano y largo plazo”.
Si bien se refirió a la influencia que las emociones pueden tener en la hipertensión indicó que “las emociones tienen algo de incidencia porque cuando tenemos ciertas respuestas emocionales se elevan ciertas sustancias en nuestro cuerpo que activan el estrés y eso hace que se genere también una respuesta hipertensora”, no obstante acotó que “a veces se exagera en ese sentido” ya que según dijo “tiene mucho más que ver con los factores de riesgo que podemos modificar y allí es donde hay que hacer más hincapié”.
En esta línea mencionó que “hay que eliminar el consumo de sal, dejar el sedentarismo, que son variables que podemos controlar y que pueden modificar nuestro estado de salud, porque si podemos controlar nuestra tensión arterial realmente podemos prevenir un montón de problemas a futuro que son realmente muy graves”, aseguró.
El profesional también alertó sobre que “muchas veces pasa que tenemos la presión alta y no nos damos cuenta, entonces eso va llevando a que se generen diferentes mecanismos y el cuerpo se va adaptando a esa presión alta lo que a la larga termina siendo perjudicial”.
En este punto se refirió a la importancia de “los controles periódicos de salud que puedan dar cuenta de si estamos con hipertensión o no”, reiterando que a la par hay que modificar “hábitos de vida que no son saludables”.
“Siempre se habla de factores de riesgo genéticos, es verdad que existen, pero la gran mayoría de los factores de riesgos tienen que ver con lo que nosotros hacemos en nuestra vida, el consumo exagerado de sal, el no comer frutas y verduras, el no hacer actividad física, el mal descanso nocturno, el tabaquismo, el consumo de alcohol”, fundamentó.
Argumentó además que “se habla de que el 90% de los factores de riesgo cardiovasculares que tienen que ver con un ACV isquémico o hemorrágico tienen que ver con factores de riesgo modificables, o sea que si nosotros modificáramos nuestra conducta lograríamos reducir el impacto de estas enfermedades”.
Respecto de la prevalencia de la hipertensión a medida que va aumentando la edad, dijo que esto “no quiere decir que sea exclusiva de la persona de más de 50 a 60 años, existen un montón de personas que pueden ser hipertensas, incluso en la infancia”.
Giner, al referirse a los síntomas que hay que tener en cuenta para detectar si estamos con hipertensión arterial manifestó que “en general no existen síntomas, ese es el gran problema de esta enfermedad, que es una enfermedad, como se suele decir, silenciosa porque en la gran mayoría no produce síntomas sino que va produciendo consecuencias muy de a poquito y va dañando hasta que por ejemplo, tenemos una ACV, o un infarto”.
“La hipertensión como enfermedad crónica, va dañando el corazón, los riñones y el cerebro y es el principal factor de riesgo para sufrir un infarto de miocardio o para sufrir un infarto del cerebro (ACV) producto del daño que se generó todos esos 15-20 años que llevamos de presión alta y que fue dañando nuestras arterias paulatinamente, hasta que llegó un punto en que ya esas arterias no pudieran soportarlo”, se explayó.
Es muy importante tomar conciencia de que hay tiempos para todo por lo que hay que tomarse tres a cuatro días a la semana, aunque sean media hora, para hacer algún tipo de actividad física. Es una estrategia sumamente barata que nos ahorra muchísimos años de vida, que nos ahorra muchísima discapacidad que es lo que produce un ACV.
Entre las recomendaciones dadas por el profesional de la salud para mantener los valores normales de presión arterial están “el manejo del estrés a través de la actividad física que ayuda a enfrentar las realidades particulares de otra manera” y también cambios en los hábitos alimenticios que excluyen el uso de sal y la incorporación a la dieta diaria de frutas y verduras.
“Podemos reemplazar la sal por limón, podemos darle sabor a la comida con un montón de otras herramientas naturales que tenemos disponibles y que dan a la comida un sabor más natural y menos agresivo para nuestro cuerpo, tratar de comer frutas y verduras todos los días y hacer actividad física tres a cuatro veces por semana. Si no se puede, hacer por lo menos dos días a la semana no menos de media hora, una actividad que, si bien no tiene que ser una maratón tiene que ser una actividad que nos genere un cierto tipo de esfuerzo. Esto ayuda notablemente al control de nuestra presión arterial y de la salud general”, finalizó.