El diputado Emanuel Fugazzotto (PV), presentó un proyecto en la Cámara de Diputados de Mendoza que propone reconocer a la naturaleza como sujeto de derechos, en “consonancia con la Constitución Nacional, los tratados internacionales ratificados por la República Argentina y la normativa ambiental vigente”.
La iniciativa sostiene que las personas, comunidades, pueblos y colectivos podrán exigir el cumplimiento y protección de esos derechos, estableciendo un marco jurídico innovador que busca modificar de raíz la relación entre la sociedad y el ambiente.
El proyecto se apoya en la idea de que los derechos de la naturaleza constituyen un cambio civilizatorio necesario frente a la crisis climática. Según el autor, asumir esta perspectiva no es únicamente una innovación legal, sino una transformación estructural que cuestiona la cosmovisión que ha situado históricamente al ser humano por encima del ambiente.
La propuesta recuerda experiencias internacionales como la Constitución de Ecuador y el Acuerdo de Escazú, además de subrayar la urgencia de su aplicación en Mendoza.
“Reconocer a la naturaleza como sujeto con dignidad propia es una medida jurídica, ética y política que permite avanzar hacia otro modelo de civilización”, expresa Fugazzotto en los fundamentos.
El texto legislativo establece básicamente el derecho de la naturaleza a la existencia, regeneración y restauración de daños ocasionados por la actividad humana; la obligación del Estado provincial de garantizar estos derechos de manera efectiva; la aplicación del principio de precaución y restricción ante actividades que puedan destruir ecosistemas o alterar los ciclos naturaleza; la creación de la Defensoría de la Naturaleza de Mendoza, (con autoridades elegidas por voto popular) y la posibilidad de que cualquier ciudadano, organización o comunidad denuncie vulneraciones a la norma.
El proyecto no busca solo ampliar el derecho ambiental, sino generar un “cambio de paradigma” relacionado con pasar de considerar la naturaleza como un recurso explotable a reconocerla como una entidad viva, con valor intrínseco y con derechos que deben ser protegidos.